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25 oct 2015

CAP 2 ROMA NO PAGA TRAIDORES




 CAPITULO II

El tiempo era agradable en Pompeya, lugar donde se respiraba la primavera y donde vivían diferentes pueblos: Etruscos, romanos, cartagineses,....
Manio decidió llevar a Claudia a ver la representación de "Los suplicantes" del ESQUILO, el dramaturgo favorito de ella, la cual conocía los argumentos de las obras de muchos dramaturgos griegos y latinos, ya que había vivido en un ambiente de lujo donde se representaban las obras teatrales.
A Manio, lo le gustaban los teatros porque normalmente olía mal y existían muchos detalles que hacían odioso el teatro.
Durante la representación de la obra se oyó un voz que decía:
"ESTÁ MUERTO", lo que provocó que la gente corriera hasta la salida.
Claudia se fue a casa y él se acercó al lugar donde estaba el muerto. Allí también estaba la policía.
Como era hijo de un senador le dejaron quedarse allí. 
Parecía que el muerto había sufrido un ataque al corazón pero antes, había intentado escribir algo en el suelo, un jeroglífico.
Según  Estefanos  (el griego),
el muerto se llamaba Siamon, y era egipcio. 
 Fue el griego quien leyó lo que estaba escrito en el suelo:
KEESRS TIBARSA, que se traducía como CÉSAR TIBERIO.
El griego, sospechaba que Siamon había sido envenenado y la policía lo tenía que comprobar.
También contó a Manio que debía entregarle un documento al muerto relacionado con los jeroglíficos de la tumba de Benerice y que  Siamon temía por su vida.
El emperador Tiberio tenía mucho interés por estos jeroglificos de Benerice ( La divina ), porque a Tiberio le gustaba la mucho la Astronomía, tal y como le contó el griego a Manio.
Éste le pidió al griego que si podían acompañarle a él y llevar a   Claudia a la isla de Capri, para ver a Tiberio y hablar sobre el jeroglífico .

ROMA NO PAGA TRAIDORES, I Y II



  ROMA NO PAGA TRAIDORES

( Capítulos  I )
                                                                                         
           El primer capítulo trata de un jóven Manio, que está enamorado desde los 9 años de una chica, Claudia.
            Los dos habían sido huérfanos y habían crecido juntos.
            Manio, decide pedirle matrimonio y ella le dice que sí pero con la condición de que no quiere tener hijos hasta los veinte años porque lo que quiere hacer es viajar y conocer otros países.
            
            Finalmente deciden casarse e irse a vivir una temporada a Pompeya, donde habían vivido su infancia.

            El día de la boda, la ayuda la vieja Livia a arreglarse y se convierte en su madrina, diciéndole que los adivinos le predicen un bonito futuro, que tendrá muchos hijos y será muy feliz.

             Finalmente se casan ante diez testigos.

             El padrino es Marco Octavio Quarto, que tras emborracharse, le confiesa a  Manio que también estaba enamorado de Claudia.
           
              Manio le dice a Quartio que debería casarse para no convertirse en un solterón amargado y Quartio le responde que no se  casará nunca porque el amor es destructor y sanguinario.

               Cuando terminó la celebración, los novios se marcharon a su casa bajo la luz de la luna llena, lo cual significaba que tendrían buen matrimonio sin tropiezos.

             Una prima de Claudia, les dijo que tiraran nueces a la gente para tener buena suerte en el futuro.

            Cuando llegan a la puerta de casa, le entrega a la novia una redoma de aceite, un ovillo de lana, símbolo del trabajo en el hogar

          Finalmente deciden retrasar la luna de miel por numerosos compromisos.