CAPÍTULO 12
Mientras
Estéfanos seguía intentando descifrar los trozos del jerogífico, Manio
realizaba otras tareas como preparar la comida.
Un
día Manio vió a Mario que volvía con un acompañante.
Se trataba de Amasis, el calígrafo
ayudante de Petrosiris.
Estéfanos
preguntó al calígrafo sobre los jeroglíficos y éste le dijo que allí estaba
escrito el pasado, el presente y el futuro de Roma.
Según él,
Tiberio moriría ahogado por una manta y fijó el lugar de su muerte en Misene,
en casa del general Lúculo, y lo asesinaría un traidor de Roma.
Igualmente
el calígrafo les dijo que los herederos de un judío llamado Jesús de Nazaret,
se sentarían en el trono de Roma.
Los jeroglíficos
predecían igualmente la desaparición de Roma donde habría caos, desorden,
desgracia e injusticia.
Entonces
dejaron marchar a Amasis.